Gob. Marcos Balcarce Prov. de Buenos Aires 1777-1832 |
Presentación Ilustrativa
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Texto extraído del documento perteneciente al Dr. Adolfo Saldías (1949-1914) por Clemente Ricci (1873-1946) y publicado en la Revista Argentina LA REFORMA, septiembre de 1913, páginas 11 a 15
(He aquí, ahora, el Documento a cuya fineza (Saldías) se debe su actual publicación)
- La escritura tipográfica de época respeta la forma original manuscrita -
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....El 23 à las 4 1/2 de la tarde recibi la comunicación de V. S. del 10 del
corrte. à los trece dias de su fecha, sin embargo de la Posta hasta
Caquelhuincu, desde cuyo punto se me remitió, en que me encarga dul cifique &
los Indios, preserve amistosa y poderosamente de las acciones hostiles con que
son azotados estos campos por ellos, seducidos de la politica sanguinaria y
abrazadora de los que son los Generales de la Santa Fee (asi es que Yo
comprehendo que V. S. quisiera explicármelo porque este es el caso en si),
documentándomela con los mismos docu- mentos que devuelbo como me encarga V. S.
de sus órdenes dadas á los Comandantes militares de las Guardias del Salto y de
Navarro, puntos igualmente amenazados, con el proyecto de parte de los
propugnadores y conservadores de la Santa Fee de que en seguida de que huvieran
de ser dueños los Indios de todas nuestras haciendas que apoderada también
qualesqa. de las Partes Europeas aun de nuestra banda occidental, en recobrando
esta por sus fuerzas militares del poder de los Indios ladrones ese mismo tan
interesante depósito, qe. huviera de verificarse asi, ó de otro modo peor, la
completa ruina de nuestra legal Independencia con cuyos Derechos tengo el honor
de haber prescripto como ciudadano à favor de la Patria verdadera. Entremos en
materia.
O las hostilidades cesan igualmte. por parte de los Indios quanto for
Christianos; ó cesan por parte de los unos solamente quedando los otros
dispuestos como siempre à robar y matar. ¿Qué importa la buena disposición y
ocasión de los unos, si la disposición y ocasión de los otros es tan sanguinaria
y tan abrazadora como lo estamos viendo? ¿Qué importa trabajar con los unos
hasta predisponerlos á favor de la Patria común, si á los otros se les acalora y
se enciende con la languidez acia esa misma patria, hasta precipitarios en
horrores contra si mismos? si los Indios aspiran de hecho y de derecho á la Paz,
los christianos fomentan de hecho y de derecho la guerra; y vice versa, si los
christianos trabajamos como debemos y podemos, los propagadores y conservadores
de la Santa Fee violentan en todo el rigor de la palabra & declaraciones de
guerra ó de defensa ridicula contra los Indios! Luego no hai Patric á favor de
los Christianos sin los Indios, ni de los Indios, tampoco sin cl concurso de los
Christianos.
Supongamos qe. los Padres de la Santa Fee cesan de inducir y de necesitar á los
Indios á que roben asi como inducen á unos mismos fieles contra los otros
fieles, y qe. los infieles roban aun; supongamosio: pero pasemos á reconvenir à
su nombre, como sus ministros, é esos mismos christianos de la manera siguiente
tan notoria. Estamos en el
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año onze en qe. sois los ministros delante de Nuestro Padre el Criador de esta
nuestra Casa 6 nuestra Patria, pa. comunicarnos la felicidad d que aspiramos;
dandonos la salud por el Ministerio de la palabra, con que habeis devido
ilustrarnos, y deducirnos desde los humbrales de las tinieblas en qe. nos
hallamos, hasta colocarnos en las sendas de la Paz. Vosotros la habeis disipado,
viviendo luxuriose de tal manera que vuestra politica la habeis circunscripto al
arte de no trabajar con nosotros, sin habernos embriagado primero, pa.
engañarnos. Vosotros conserbais en las manos ese cuchillo ensangrentado qe. ha
talado nuestra tierra ancha y espaciosa, la tierra de la Leche y de la Miel,
hasta dejarnos sin tener qe. comer. Poco ha qe. hicisteis tratado de unión con
los nuestros. Chapaleofu, y sin merito el menor de parte suyo comensasteis á los
pocos días à bañarlos en las lagrimas con qe. por medio de diez y ocho ó diez y
nuebe escandalosisimos acesinatos les recompen sais esa su fraternidad. Luego
vosotros sois los hijos de esos qe. nos han enseñado para nuestro exterminio
tantos quantos vicios no habiames conocido jamas. Vosotros, en fin, habeis
obrado peor qe. esos vuestros Padres de quienes desde la antigüedad, y desde la
Asia, nos habiamos propuesto huir, viviendo en toldos. ¿Qué pues responderán los
Christianos à los infieles?
Volbamos á los mismos Christianos, y preguntemos ¿con qual titulo de justicia
quantos Hacendados se han introducido en los campos de las tolderías contra la
voluntad de los Indios han de disponer de las vidas de aquellos otros
Christianos qe. ni parte, ni un interés tienen en sus imprudencias y en sus
excesos, supuesto que tampoco se nos admiten, ni nos consienten los medios de
impedirlo y de remediarlo? O se consiente por todos el orden, consentida la
sociedad: ó la disolución es completa para la ruina de todos. ¿Quiere Buenos
Ayres remediar con politicas aturdidas las imprudencias y los excesos de los
christianos. y por qué no proteje lo más que es la propiedad de la vida de
todos? ¿Quiere contener los excesos de los Indios imprudentes, y por que no
contiene y enfrena á sus Christianos, y á quantos probocan y necesitan las
desesperaciones de los Indios? Ni nos desengañaremos jamas de que ni el zable,
ni el cañón en nuestras circunstancias ni las buenas palabras con tan malditas
obras es posible que constituyan ahora la paz entre los hermanos? ¿Será posible
darle la salud à la Patria por medio de los prisioneros de la muerte? Ni tampoco
lo hemos de conseguir mezclando lo dulce con la hiel, el espiritu y los
fundamentos de la paz con los mismos principios de la Guerra ahora especialmente
qe. la naturaleza Hos compromete con toda su fuerza, y nos llama á entrar en un
mundo nuevo por medio del exterminio mismo de un mundo tan viejo como el que
solo los visionarios quizieran conservar ó eternizar! El espiritu en-
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demoniado de
la guerra es el que nos devora; y es quanto debemos aborrecer, atenidos
absolutamte. al espiritu conserbador del Padre.
O el poder es naturalmte. de la soberania del Padre; ó no lo es, para qe.
estemos atenidos eternamente á que el hombre haga lo que le de la gana, hasta
arrojarnos de la tierra de los vivos mientras el malvado no haya de querer otra
cosa.
O nuestro bien fué completamente establecido, contando con la salud de parte de
su hijo; ó nuestro bien es una quimera pa. qe. por la voluntad del Creador
(Blasfemia intolerable) solo hubieramos de haber nacida para solo experimentar
el mal. Decimos qe. es del Pueblo la soberania? Luego no siendo
posible que el Pueblo llegue por si á conocer el bien de la voluntad del
Creador, habria de haber de ser eternamte. esclavo é infeliz hasta lo infinito,
tan claro como lo es, qe. es necesario trabajarlo todo pa, el Pueblo.
Luego el bien no fué completo de parte del Creador; por haberse despojado del
Poder de su soberania á favor del Poder arbitrario del mundo viejo! ¡Qué
ilusión! Es un hecho qe. governó el Malvado al otro mundo sujetos los justos al
Yugo del carro triunfal del Poder arbitrario? ¿Hasta quando pues? Luego
asi como el hombre malvado, ese hijo de la perdición que se había levantado
contra Dios hasta talar la tierra en virtud de la facultad que le dió el Padre,
pa. el abuso de su libertad perdida, hasta consumarse en el propio infierno ubi
nullus ordo sed sempiternus horror, qe. ahora estamos tocando, aun con escandalo
del mismo mundo viejo, pues asi también habiendo mas- ticado el hombre el pan de
derecho, ese qe. lo es de la voluntad del Creador mismo quien todo lo hizo
perfecto, desde qe. cesó de toda obra, con qe. nos da la facultad de
represtinarnos, & retrovertirnos á la tierra mis- ma de nuestra cuna y origen
natural por haber empuñado el cable de dos filos de la Fee antivisionaria en los
méritos de JesuChristo y de toda la Iglesia, contra las polvaderas de las
caballerías enjaezadas de fuego y de sangre, quales quisiéramos haber impedido
en el tamaño que las estamos experimentando, desde que se nos dió el hablar; asi
pues de la misma manera bajo esos mismos auspicios estamos ya en el caso de
haber enarbolado según debía saberse y publicarse, el Estandarte de nuestra
salud en el Castillo incontrovertible é inexpugnable de esa misma soberanía
hasta haber de ser los primeros qe. clamoreamos el viva la Patria, esos qe.
hemos sido los últimos combidados por el Evangelio. Memento homo quia pulvis es,
et in pulverem reverteris.
Si la Soberanía es del Criador; Luego debemos ser protegidos por la obra del
congreso de las circunstancias, ó de la naturaleza, pa. qe. con pavoroso
estruendo de toda ella entreguemos en nuestra noche horrenda la mañana de
nuestro deseado día con el incendio qe. consuma las armas de unos hermanos tan
enfurecidos, de las lanzas, el zable de
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los fusiles,
y del cañon ronco. Hagaseles, Sor, ya saber á los Americanos el Poder de esa
soberania por medio del exemplar qe. aturde al mundo de esta nuestra misma
incolumidad, sin embargo de qe. tantos son, y tan preparados desde los siglos
contra este uno solo, y este uno solo contra tantisimos. Luego la soberania ni
es del hombre, ni es del pueblo, sino que es de Dios. Damosles ya á esos
americanos el nuevo carácter con que deben ocurrir á encastillarse en la qe. lo
es nuestra carne original por medio del conocimiento de la ley contra las
pasiones que desunen y deshonran nuestro suelo natal fomentadas por la educación
anticivil y antimoral de la Administración metódica que nos devora onze años ha.
A este propósito pues acompaño á V. S. el adjunto Abecedario de la Religión ó
del conocimto. del orden de nuestro bien ó de nuestro mal. Factus est primus
homo Adam in animam viventem, et novissimus Adam in spiritum vivificantem.
Tan solo al haber traicionado Yo á la Patria animado qe. he sido de la virtud de
JesuChristo, para darle la salud por medio del espíritu natural de vida en el
caso de muerte en qe. nos lo han puesto, tan solo así podría haber de estar
esperando qe. esa qe. tan arbitrariamte. se llama Representación del Pueblo
huviera de haber de ocurrir á mi para contar con la unión de los Indios, ó
Americanos, supuesto que se ha procurado romperlo todo. todo y el aniquilarlo
todo todo. Yo ya tenia adelantados estos trabajos empresiarios», Sr. Govor.;
pero qe. no todo lo podia remediar si en nada se me oia tan vertiginosamte.,
hasta haber contado con la mui apreciable citada comunicación de V. S. del diez
ge. ojala, entre las simbolizaciones del furor y del miedo quantas nos detienen,
huvieramos logrado antes, para impedir hostiles negociaciones, y continuarios
como lo bamos á hacer con el concurso del Sor. Gral. Dn. Domingo Arevalo, qe.
acaba de llegar al arribo de un chasque de los Indios de Chapaleofu, con quienes
contamos para reunir los parla- mentos necesarios de los tehuhelches, y los
Ranqueles, etc.etc. toda la America y todo el nuevo Mundo debe contar con migo
porque debo contar con el con el (sic) espiritu de vida de que somos los ultimos
Ministros quantos lo somos del Evangelio. Luc. 17. vv. 15. 22. Una cosa sola es
quanto falta, pues Dios lo quiere asi: Falta qe. el Pueblo nos oiga, pues qe.
este paso es el centrico punto de apoyo de toda la felicidad, así como la
completa ruina de todos los Visionarios, esos qe. son con ductores por medio del
Espiritu de temulencia de su sabiduría de quantos Indios ó Americanos son
conducidos á quantos horrores y depradaciones (sic) vemos derramar, como de un
Rio, por los campos hasta por las calles. ¿Y no es para esto qe. nos presentamos
contra el congreso, denunciamos los veneficios qe. vemos del Clero venerabundo,
y prevenimos los resultados qe. tocamos de los fedifragos tratados del
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Pilar, con quanta legitimidad nos hemos caracterizado? ¿Ocurriremos á Fernando constitucional, al Principe de Luca, ó á que partes de esas del Mundo decrépito, pa. alimentar la Independencia sagrada de la America, esa con cuyos derechos hemos devido ya prescribir delante del Omnipotente? ¿Y el machacar en vano para hacernos á todos unos ridiculos visionarios, no es contra los Decretos intraspasables de Dios? ¿0 esperaremos la salud al hacer jueces del reconocimiento de la Independencia de una Casa tan propia á unas partes tan extrañas, por tan enemigas, quantas no quisieron jamás conocer la justicia ni el orden que debemos seguir? Comparescan esos sabios á la presencia del Pueblo: oigasenos; y que su salud sea la Ley Suprema contra sus veneficiadores. Establecimiento de
Miraflores 28 de Noviembre de 1820.
F. R.
MEXIAS.
Al Sor. Govor. Dn. Marcos Balcarce.